Tanto si coincide con lo que defendemos como si no, hay
miedo a conocer la verdad. De ahí que nuestros gobernantes, que son capaces de
cambiar la Constitución en un plis plas para que la Deuda sea una prioridad que
vaya por delante de los derechos sociales, recurran siempre al pretexto de que
nuestra Constitución no permite que se hagan consultas ni referéndums, por lo
menos cuando se trata de saber lo que los ciudadanos piensan, que ya los
representa el jefe partido que votaron, aunque diga sandeces sin sonrojarse como
que está por la República
e igualmente por la
monarquía.
Veamos, la consulta que el pueblo catalán pide no es una
consulta para ser o no ser independientes, sino para saber y conocer cuántos de
los ciudadanos lo serían si pudieran. Lo que significa que de ganar los que
quieren ser independientes no lo serían al día siguiente. Se supone, si los
líderes son sensatos y las masas votantes ejercen el derecho a conocer lo que
votan, que se abriría un largo periodo de debate sobre el modelo de Estado que
se quiere, y de paso conocer que es lo que el señor Mas tiene en mente para
esta Catalunya independiente que ahora quiere proclamar. O como todos nos
tememos, sería más de lo mismo. Pero al mismo tiempo habría que iniciar una
serie de gestiones con el gobierno de España para ver como se enmarca este
deseo de la gente en la Constitución que, como ya hemos visto, se cambia en un
abrir y cerrar de ojos.
Con el referéndum de Monarquía y República ocurre igual.
Todos los voceros de radios y televisiones presumen de saber qué quieren los
españoles y de paso insultan un poco a sus contrarios. De hecho ni el ex rey ni el actual tienen la
más mínima idea de cuántos son los ciudadanos que de verdad los aceptan.
¿No sería mejor para todos que conociéramos de primera mano
quienes quieren ser independientes -de la independencia del señor Mas, que esta
es otra-, quienes quieren ser federalistas o cuántos ya están bien como están? ¿No
sería igualmente mejor que tanto la casa Real como los que dicen gobernarnos,
supieran como piensa el país? Incluso el flamante Felipe VI estaría más cómodo
sabiéndolo. Y a lo mejor incluso gana. Y de paso la monarquía quitaría el lastre de proceder legalmente del franquismo: ahora sí sería la voluntad del pueblo.
Pues no, no quieren saber, les va mejor así, diciendo un día una cosa y otro día otra, como si una forma de gobierno sólo fuera un tema de conversación, una forma de buscar siempre negativas a los deseos de los ciudadanos.
Pues no, no quieren saber, les va mejor así, diciendo un día una cosa y otro día otra, como si una forma de gobierno sólo fuera un tema de conversación, una forma de buscar siempre negativas a los deseos de los ciudadanos.
Lo cierto es que si tanto al PP como al PSOE, tan amigos
ahora, y a los que colaboran con ellos, no quieren saber lo que desea el pueblo
que les vota, es porque la verdad les asusta. Prefieren moverse en el ámbito de
la duda, de la suposición, porque así pueden presumir que saben lo que no saben,
sin miedo a que se les contradiga.
En este país nuestro, tenemos tendencia a cubrirlo todo con la espesa niebla de la ignorancia.
Estoy convencida que sabían, y ahora lo saben mucho más ciertamente, que no ganarán. Las calles vacías reflejaron lo que todos sabíamos: desafección absoluta por la monarquía y estos gobiernos. Las calles se llenan de mareas y se vacían de boatos. No van a dejar que nos expresemos, no por miedo, sino porque se les puede acabar el chollo, de ahí el miedo a Podemos.
ResponderEliminarFelicidades Rosa por crear esta línea directa de comunicación. Espero leer pronto tus próximas entradas.
ResponderEliminar