Queridos amigos,
Todos sabemos que vivimos un momento político y
social difícilmente imaginable hace apenas cinco años. Día a día nos enteramos
de más y más descalabros por parte de prohombres de la vida del país que hasta
hoy se lucían a todas horas como representantes
de nuestra cultura y de nuestra vida pública.
Robos a mansalva aprovechando su inclusión entre
los mandatarios de las cajas, miembros de mafias que extienden sus redes por
cualquier institución donde haya dinero público que enviar a Suiza, fortunas
escondidas en las cuentas secretas de los paraísos fiscales, leyes que se
llevan como el viento nuestros derechos democráticos, y mentiras a todas horas
y en boca de todos los que quieren justificar sus errores, manipulaciones o
delitos.
No sabemos aún cómo reaccionará en las urnas la
conciencia de quienes defienden la ideología de estos presuntos delincuentes,
pero una buena parte del país siente vergüenza, indignación y asco.
La misma, por otra parte que sentimos cuando vemos
consternados cuales son las consecuencias de esos comportamientos que no tienen
otro fin que dejar sin recursos ni defensa a los menos favorecidos, para que
bancos y poderosos disfruten de amnistías diversas, ventajas fiscales,
donaciones multimillonarias que no cuentan como rescates, y connivencia con los
ricos para que sus fortunas puedan vivir en negro.
Uno de los escándalos más extendidos y que no
remite cuyo último objetivo es enriquecer a los bancos y dejar sin techo a
quienes por ser víctimas de una crisis que ellos no han provocado, no han
podido pagar su hipoteca, es el espectáculo del que somos testigos todos los
días del año y a todas horas: los desahucios que no cesan por más que sean
injustos, por más que se haya pedido dación en pago que no se acepta, por más
que el ejecutivo defienda que cada día hay menos y por más que esos mismos
bancos y los que se han hundido por la codicia de sus dirigentes, hayan
recibido más de 180.000 millones de euros en ayudas públicas, es decir pagando
todos nosotros.
Cada 15 minutos una familia es desahuciada en
España, entra en sus casas la policía, los echa y el piso pasa a ser propiedad
del banco, pero no por esto el propietario desahuciado ha pagado su deuda
porque hasta que muera será deudor del banco por la cantidad que le quedaba por pagar.
Ante tan flagrantes brutalidades, todos
reaccionamos como podemos y como sabemos, con protestas, manifestaciones y
sobre todo fortaleciendo nuestro criterio que se nutre de las siniestras
informaciones que recibimos y de los espectáculos despiadados e injustos que
contemplamos, y que nos ayudará a dirigir el voto lejos de o de los partidos de
la situación dramática que hoy estamos viviendo.
En este sentido es reconfortante ver reacciones de
compromiso con los ultrajados, y de protesta y denuncia contra las impunes
actuaciones del poder, desde lo que cada
cual es, desde su ideología y su pensamiento, desde sus posibilidades, y con el
arma de su profesión.
Los ejemplos son múltiples, recordemos el documental de
David Fedele sobre la vida de los migrantes en el monte Gurugú; los vídeos
recogidos sobre la tragedia de Tarajal en Ceuta donde 15 inmigrantes fueron
atacados por la policía y perdieron la vida; o la reciente Ciutat morta ni oblit
ni perdó, que cuenta lo ocurrido en el caso 4 F denunciando las presuntas manipulaciones de la policía en un caso a
todas luces falsamente cerrado. Y mas, y más, cada día más ejemplos de
denuncias presentadas y explicadas desde los elementos que cada cual tiene a mano,
desde su profesión y su criterio, como respuesta a situaciones en las que poca
gente cree que se haya hecho justicia.
Lo mismo
ocurre ahora con, la
película dirigida por Eduard Cortés y producida por Bausán Films, CERCA
DE TU CASA, que trata sobre los
desahucios y quiere
demostrar que el desahuciado no es un fracasado, sino que el fracaso es del
sistema. Y lo hace, con un lenguaje musical liderado por la cantante, y
ahora actriz, Silvia Pérez Cruz y los actores Lluis Homar, Adriana
Ozores, Manuel Morón e Ivan Massegué, entre otros.
Todos estos proyectos esconden siempre una
historias de dificultades y de ideas y entusiasmo para solventarlas. En este
caso se ha tardado dos años en arrancar
el rodaje, pero no por falta de trabajo ni de ganas, sino por encontrar una
solución a las dificultades económicas de un momento tan poco propicio para la cultura y el compromiso como el actual,
además de las propias de una película
cuya temática es incómoda y polémica. Pero se han ido encontrando soluciones: todos
y cada uno de los que forman el equipo técnico y artístico participan aportando
sus horas/días/meses de trabajo y la cantidad económica que cada uno haya
podido. Se han sumado al proyecto TVE y TV3 y los socios y amigos de la
productora, Bausán Films y de la gente del equipo. Aún así algo faltaba para
poder terminar un proyecto que, de todos modos, está ya en su segunda semana de
rodaje. Y se les ocurrió poner en marcha un Micro mecenazgo para ampliar y extender el ámbito de los
posibles colaboradores.
Por razones personales y sociales, esta película me
toca de muy cerca, por esto he colaborado yo también y voy pasando la
información a mis amigos y conocidos como ahora lo hago con todos vosotros,
convencida de que se trata de un proyecto necesario, justo y digno de ayuda.
En la plataforma Goteo https://goteo.org/project/cercadetucasa/ podréis ver el tráiler de la película, y toda la información
artística y económica de un proyecto, CERCA DE TU CASA, que no exige ser
millonario para ser colaborador, porque
cualquier persona que crea en él puede serlo a partir de 10€ y sobre todo
reenviando a sus amigos esta información.
Muchas gracias a todos por vuestra ayuda,