domingo, 1 de marzo de 2015

Mi nuevo libro: Una larga adolescencia"

Acaba de aparecer este libro,

UNA LLARGA ADOLESCÈNCIA
http://www.arallibres.cat/ca/cataleg/1/765/una-llarga-adolescencia



que mas o menos es la continuación del que ubliqué asobre mi infancia, Entre el sentido común y el desvarío,  o el título en catalán, Entre el seny i la rauxa.

Mi adolescencia, como la de muchas mujeres durznte la dictadura dominada por la moral más pazguata y la exigencia de la sumisión de las mujeres, se prolongó hasta ya entrados los veinte años.
Visto ahora deasde el paso del tiempo, me parece imposible que hayamos sido capaces de soportar tasnta imposición, pero así fue.

Estoy ahora trabajando en el próximo que dará cuenta de como comenzó a cambiar la ciudad en que vivía, Barcelona, igual que el resto del país.

La vida es sorprendente y a medida que crecemos aprendemos a desconfiar de los agoreros morales que nos roden, sean sociales, religiosos o políticos, y vamos tomando poco a poco las riendas de nuestra propia historia. Pero es una labor difícil porque cuarenta años de dictadurra política y religiosa no se olvidan fácilmente, dejan su impropta no solo en nosotros sino igualmente, aunque no lo reconozcan, en dos o tres o cuatro generaciones siguientes,

Saludos cordiales,


domingo, 15 de febrero de 2015

Algo habrá que hacer ante tanto desvarío

Queridos amigos,
Todos sabemos que vivimos un momento político y social difícilmente imaginable hace apenas cinco años. Día a día nos enteramos de más y más descalabros por parte de prohombres de la vida del país que hasta hoy  se lucían a todas horas como representantes de nuestra cultura y de nuestra vida pública.
Robos a mansalva aprovechando su inclusión entre los mandatarios de las cajas, miembros de mafias que extienden sus redes por cualquier institución donde haya dinero público que enviar a Suiza, fortunas escondidas en las cuentas secretas de los paraísos fiscales, leyes que se llevan como el viento nuestros derechos democráticos, y mentiras a todas horas y en boca de todos los que quieren justificar sus errores, manipulaciones o delitos.
No sabemos aún cómo reaccionará en las urnas la conciencia de quienes defienden la ideología de estos presuntos delincuentes, pero una buena parte del país siente vergüenza, indignación y asco.
La misma, por otra parte que sentimos cuando vemos consternados cuales son las consecuencias de esos comportamientos que no tienen otro fin que dejar sin recursos ni defensa a los menos favorecidos, para que bancos y poderosos disfruten de amnistías diversas, ventajas fiscales, donaciones multimillonarias que no cuentan como rescates, y connivencia con los ricos para que sus fortunas puedan vivir en negro.
Uno de los escándalos más extendidos y que no remite cuyo último objetivo es enriquecer a los bancos y dejar sin techo a quienes por ser víctimas de una crisis que ellos no han provocado, no han podido pagar su hipoteca, es el espectáculo del que somos testigos todos los días del año y a todas horas: los desahucios que no cesan por más que sean injustos, por más que se haya pedido dación en pago que no se acepta, por más que el ejecutivo defienda que cada día hay menos y por más que esos mismos bancos y los que se han hundido por la codicia de sus dirigentes, hayan recibido más de 180.000 millones de euros en ayudas públicas, es decir pagando todos nosotros.
Cada 15 minutos una familia es desahuciada en España, entra en sus casas la policía, los echa y el piso pasa a ser propiedad del banco, pero no por esto el propietario desahuciado ha pagado su deuda porque hasta que muera será deudor del banco por la cantidad  que le quedaba por pagar.
Ante tan flagrantes brutalidades, todos reaccionamos como podemos y como sabemos, con protestas, manifestaciones y sobre todo fortaleciendo nuestro criterio que se nutre de las siniestras informaciones que recibimos y de los espectáculos despiadados e injustos que contemplamos, y que nos ayudará a dirigir el voto lejos de o de los partidos de la situación dramática que hoy estamos viviendo.
En este sentido es reconfortante ver reacciones de compromiso con los ultrajados, y de protesta y denuncia contra las impunes actuaciones del poder,  desde lo que cada cual es, desde su ideología y su pensamiento, desde sus posibilidades, y con el arma de su profesión.
Los ejemplos son múltiples, recordemos el  documental de David Fedele sobre la vida de los migrantes en el monte Gurugú; los vídeos recogidos sobre la tragedia de Tarajal en Ceuta donde 15 inmigrantes fueron atacados por la policía y perdieron la vida; o la reciente Ciutat morta ni oblit ni perdó, que cuenta lo ocurrido en el caso 4 F denunciando las presuntas manipulaciones de la policía en un caso a todas luces falsamente cerrado. Y mas, y más, cada día más ejemplos de denuncias presentadas y explicadas desde los elementos que cada cual tiene a mano, desde su profesión y su criterio, como respuesta a situaciones en las que poca gente cree que se haya hecho justicia.
Lo mismo ocurre ahora con, la película dirigida por Eduard Cortés y producida por Bausán Films, CERCA DE TU CASA, que trata  sobre los desahucios y quiere demostrar que el desahuciado no es un fracasado, sino que el fracaso es del sistema. Y lo hace, con un lenguaje musical  liderado por la cantante, y ahora actriz, Silvia Pérez Cruz y los actores Lluis Homar, Adriana Ozores, Manuel Morón e Ivan Massegué, entre otros.
Todos estos proyectos esconden siempre una historias de dificultades y de ideas y entusiasmo para solventarlas. En este caso se ha  tardado dos años en arrancar el rodaje, pero no por falta de trabajo ni de ganas, sino por encontrar una solución a las dificultades económicas de un momento tan poco propicio  para la cultura y el compromiso como el actual, además de las propias de una  película cuya temática es incómoda y polémica. Pero se han ido encontrando soluciones: todos y cada uno de los que forman el equipo técnico y artístico participan aportando sus horas/días/meses de trabajo y la cantidad económica que cada uno haya podido. Se han sumado al proyecto TVE y TV3 y los socios y amigos de la productora, Bausán Films y de la gente del equipo. Aún así algo faltaba para poder terminar un proyecto que, de todos modos, está ya en su segunda semana de rodaje. Y se les ocurrió poner en marcha un Micro mecenazgo  para ampliar y extender el ámbito de los posibles colaboradores.
Por razones personales y sociales, esta película me toca de muy cerca, por esto he colaborado yo también y voy pasando la información a mis amigos y conocidos como ahora lo hago con todos vosotros, convencida de que se trata de un proyecto necesario, justo y digno de ayuda.
En la plataforma Goteo https://goteo.org/project/cercadetucasa/ podréis ver el  tráiler de la película, y toda la información artística y económica de un proyecto, CERCA DE TU CASA, que no exige ser millonario para ser colaborador,  porque cualquier persona que crea en él puede serlo a partir de 10€ y sobre todo reenviando a sus amigos esta información.

Muchas gracias a todos por vuestra ayuda, 

domingo, 1 de febrero de 2015

La herencia del pujolismo

A veces me pregunto en qué habrá influido en la política catalana de hoy, haber tenido como líder supremo a un hombre que mientras decía enseñarnos lo que eran la moral, la política y la patria, mantenía una fortuna de origen dudoso a resguardo de impuestos en un país extranjero. Porque repasando esos 23 años de gloria pujolista, no vemos que el amado líder, con sus constantes y definitivos apoyos a los gobiernos centrales, hubiera obtenido para Catalunya nada digno de tenerse en cuenta, ni siquiera un triste AVE con que redondear los Juegos Olímpicos del 92. En cambio nada le costó lograr que no le fuera imputado ni a él ni a su gobierno ninguno de sus errores, carencias o mala suerte sino que el verdadero culpable de todo fuera  “Madrid” que, desde entonces, se ha convertido en el comodín para justificar fallos propios y ajenos que tengan que ver con Catalunya.
Aún así, son muchos los que se preguntan si no será que sus constantes viajes a la capital tuvieron como objetivo no el AVE precisamente, o una mejor financiación, sino más bien evitar  posibles fugas de información sobre su fortuna extranjera y otras actividades financieras que, estando como estaban en boca de todos los catalanes, no es creíble que no lo estuvieran también en las de los gobiernos de turno para utilizarlas a su conveniencia.
Todo es posible, pero no se trata de esto ahora sino de saber que hay en nuestra situación política de hoy que pueda considerarse herencia del pujolismo. Porque el panorama es un tanto incomprensible: gobiernan en Catalunya dos grandes partidos: CIU por ganar las elecciones y ERC por apoyar la endeble minoría de CIU, pero ni el primero es realmente independentista por más que así pretenda pasar a la Historia, ni el segundo, aún llamándose de izquierda, lo es tampoco. Mientras tanto parte de la población que voló entusiasmada hacia esa independencia -prestigio de uno y pasión del otro- vacila entre la necesidad de creer en los extraños e incomprensibles movimientos de Mas, delfín del Pujol, y la necesidad de plantearse un modelo de estado sobre el que nadie ha debatido aún, porque se ha vivido en la convicción de que no hacía la menor falta definir ese modelo, ya que sería la propia independencia la que traería consigo el mundo mejor que todos deseaban.
Ahora, aturdidos por tantos intentos de votación, convocatorias y elecciones, peleas y reconciliaciones, apoyos y retiradas de apoyos, muchos independentistas ya no saben qué  independencia quieren. Y si se ponen a pensar por su cuenta, tal vez descubran que, sea la que sea, habrá que luchar por ella de  la mano de Mas, el Moisés de CiU, o del líder de ERC tan inocente que renuncia a sus ideas sociales a cambio de proclamarla.
Pero nadie habla de estas cosas, casi nadie. Nadie sabe, nadie contesta, de ahí que vislumbremos en ese silencioso caos que vivimos los catalanes, atisbos de la herencia pujolista recibida tras esos 23 años durante los cuales, confundidos con la patria, la moral y lo que fuere, recibimos  incuestionable aleccionamiento sobre la grandeza de nuestro acrítico proceder. 
Y ahora, entre la irrupción de la Judicatura en la modélica familia de Pujol y los líos que se traen a diario esos dos partidos que tanto presumieron de unidad, nos hemos quedado desconcertados, silenciosos.
¿De quien será la culpa esta vez?


domingo, 18 de enero de 2015

MAYORÍAS ABSOLUTAS

Hubo un tiempo, cuando yo era joven y tenía ilimitada confianza en los políticos que yo misma votaba, que defendía las mayorías absolutas porque en mi impaciencia me convencía de que con ellas el gobierno vencedor tardaría menos en solucionar los infinitos problemas que teníamos planteados y caminaría con seguridad hacia la consecución de ese mundo que nos habían anunciado y prometido.
Pero han pasado los años y he aprendido a enjuiciar lo que ocurre en este país con menos pasión y más sentido común. O tal vez la experiencia me haya enseñado que a más poder corresponde menos sabiduría, mayor alejamiento de la realidad y escasa urgencia para encontrar respuestas a las necesidades de la población. Es como si el poder transformara los objetivos y la apreciación que de esa realidad tienen quienes lo alcanzan, como si se hubieran aguado en vino sus buenos propósitos y, con la resaca, vieran honestidad donde hay corrupción y les pareciera de razón justificar sus propios disparates y magnificar los ajenos.
Por si fuera poco con ellas crece la prepotencia del líder que, confundiéndose a sí mismo con la patria, se cree con derecho, él o sus secuaces, a hacer lo que quiera con nuestros impuestos, nuestras esperanzas, nuestras vidas, inventando ficciones para justificar sin el menor rubor lo que nos arrebata, promulgando leyes mordaza contra los Derechos Humanos para sentirse más seguro y no tener que soportar el clamor de justicia del pueblo soberano cuando pide trabajo, pan, vivienda, educación y sanidad.
Si a todo esto le añadimos tanta corrupción consentida, entenderemos lo fácil que es erosionar la democracia y llenar el país de escépticos en política, justicia, honestidad pública y derechos sociales.
Esto es al menos lo que vemos que se consigue con las mayorías absolutas, así que ojalá los dioses nunca se la concedan a ninguno de los partidos que hoy luchan por alcanzar el poder. Tal vez así veríamos cumplir su programa electoral a quien gobierna, aceptar la independencia del poder judicial y debatir y negociar en vez de imponer. Y nosotros dejaríamos de sentirnos meros objetos en manos de esos ganadores por goleada.
Así es como lo veo. Y sin embargo, qué hermoso sería que una gran mayoría de hombres y mujeres de este país diera su confianza a la formación política que nos hubiera propuesto desandar el camino que nos ha llevado al descalabro actual, y nos mostrara cómo podemos dejar de ser ciudadanos pasivos y convertirnos en ciudadanos participativos que luchan por la regeneración de la vida pública, construyen entre todos una nueva democracia y con ella un mundo mejor, con dificultades, pero mejor.

Sería como reconocer que es posible alcanzar el poder político y no andarse forzosamente por las nubes de la incompetencia. Aún hay noches que sueño en ello.

lunes, 28 de julio de 2014

LAS BASURAS DE LOS RICOS

Hace unos días vino a mi casa Luis Feduchi y cuando le dije que echara un papel en el contenedor que tenemos para el papel, respondió: "¿Porque tengo yo que ahorrar dinero a los que han conseguido la gestión de las basuras con las que se enriquecen, ahorrándoles un puesto de trabajo? Otra cosa sería que la gestión fuera a cargo del ayuntamiento con lo cual mi participación recaería en el bien público, pero si el ayuntamiento la ha vendido o regalado a un particular, que sea el particular quien se ocupe del reciclaje, no yo."
Nunca lo había visto desde este punto de vista. Estuve pensando un buen rato en ello y finalmente esto es lo que escribí y que publicó a los pocos días El Correo de Bilbao. 

                                               LAS BASURAS DE LOS RICOS
                                                              
A Luis Feduchi

Vamos a olvidar por un momento los casos de corrupción de nuestros más insignes políticos, empresarios y banqueros que cada mañana encontramos en los periódicos. Vamos a olvidar igualmente que son capaces de sacar oro de cualquier cosa que se les ponga por delante, sean sus semejantes, sean los negocios que se inventan, sean las subvenciones que reciben del gobierno o de la UE, sean finalmente los desperdicios y miserias de nuestras vidas. Y miremos la realidad con toda la inocencia que nos sea posible.

Es evidente que la basura produce grandes beneficios dados los casos de alcaldes y alcaldesas que conceden su gestión a sus amigos que aunque van siendo imputados uno tras otro, nunca ni devuelven el dinero ni son sancionados o castigados. Y por otra parte es cierto que con el dinero público se nos enseña a cómo deshacernos de tanta porquería como creamos y acumulamos para que ordenadamente la dispongamos en contenedores expresos para cada tipo de desecho: cristales, papeles, tetrabrikes y latas, y basuras propiamente dichas, a fin de que reciclemos convenientemente y las basuras lleguen a su destino debidamente ordenadas para ser tratadas, recuperadas o transformadas más fácilmente, con lo cual, al parecer, ayudamos a que la naturaleza no esté tan erosionada y putrefacta como lo estaría en caso de que no lo hiciéramos.

Pero ¿cuál es el destino de las basuras que hemos ordenado siguiendo los sabios consejos de la Administración que, con nuestro dinero -permítaseme que insista- nos va introduciendo en la ciencia del reciclaje?

Pues el destino de las porquerías que acumulamos no es otro, en los casos en que las gestión se ha privatizado, que las grandes empresas de sus amigos a las que aquellos alcaldes y alcaldesas, imputados o no, concedieron por nada, o por una minucia, el beneficio de gestionar las basuras y hacerse con sus resultados económicos.

Y yo me pregunto ¿por qué tengo yo que trabajar para ahorrarles a las grandes empresas beneficiarias de la gestión de las basuras, los sueldos de las personas que harían profesionalmente lo que yo, en mi inocencia, hago en el ámbito familiar, convencida de que trabajo por el bien del Planeta? Y ¿por qué el dinero público que no sirve para mantener camas en los hospitales ni maestros en las escuelas, lo utilizamos para convencer al pueblo de que trabaje por el beneficio de las grandes empresas que gestionan tan brutales desperdicios?


No quiero decir con esto que esté en contra del reciclaje, no, por supuesto que no, sino solo quiero  llamar la atención de cuán fácil es colaborar con la corrupción que, aun sin querer pensar en ella, me acosa por todas partes y, lo que es peor, con la ayuda del dinero oficial que precisamente en estas fechas recoge la Administración, no de las empresas que se enriquecen con nuestro trabajo y nuestra basura, sino con los impuestos que pagamos los que no pertenecemos a esa casta de poderosos depredadores como los que aparecen  cada mañana en el periódico para amargarnos el primer café.

domingo, 22 de junio de 2014

Miedo a la verdad

Tanto si coincide con lo que defendemos como si no, hay miedo a conocer la verdad. De ahí que nuestros gobernantes, que son capaces de cambiar la Constitución en un plis plas para que la Deuda sea una prioridad que vaya por delante de los derechos sociales, recurran siempre al pretexto de que nuestra Constitución no permite que se hagan consultas ni referéndums, por lo menos cuando se trata de saber lo que los ciudadanos piensan, que ya los representa el jefe partido que votaron, aunque diga sandeces sin sonrojarse como que está por la República
 e igualmente por la monarquía.
Veamos, la consulta que el pueblo catalán pide no es una consulta para ser o no ser independientes, sino para saber y conocer cuántos de los ciudadanos lo serían si pudieran. Lo que significa que de ganar los que quieren ser independientes no lo serían al día siguiente. Se supone, si los líderes son sensatos y las masas votantes ejercen el derecho a conocer lo que votan, que se abriría un largo periodo de debate sobre el modelo de Estado que se quiere, y de paso conocer que es lo que el señor Mas tiene en mente para esta Catalunya independiente que ahora quiere proclamar. O como todos nos tememos, sería más de lo mismo. Pero al mismo tiempo habría que iniciar una serie de gestiones con el gobierno de España para ver como se enmarca este deseo de la gente en la Constitución que, como ya hemos visto, se cambia en un abrir y cerrar de ojos.
Con el referéndum de Monarquía y República ocurre igual. Todos los voceros de radios y televisiones presumen de saber qué quieren los españoles y de paso insultan un poco a sus contrarios.  De hecho ni el ex rey ni el actual tienen la más mínima idea de cuántos son los ciudadanos que de verdad los aceptan.
¿No sería mejor para todos que conociéramos de primera mano quienes quieren ser independientes -de la independencia del señor Mas, que esta es otra-, quienes quieren ser federalistas o cuántos ya están bien como están? ¿No sería igualmente mejor que tanto la casa Real como los que dicen gobernarnos, supieran como piensa el país? Incluso el flamante Felipe VI estaría más cómodo sabiéndolo. Y a lo mejor incluso gana. Y de paso  la monarquía quitaría el lastre de proceder legalmente del franquismo: ahora sí sería la voluntad del pueblo.
Pues no, no quieren saber, les va mejor así, diciendo un día una cosa y otro día otra, como si una forma de gobierno sólo fuera un tema de conversación, una forma de buscar siempre negativas a los deseos  de los ciudadanos.
Lo cierto es que si tanto al PP como al PSOE, tan amigos ahora, y a los que colaboran con ellos, no quieren saber lo que desea el pueblo que les vota, es porque la verdad les asusta. Prefieren moverse en el ámbito de la duda, de la suposición, porque así pueden presumir que saben lo que no saben, sin miedo a que se les contradiga.
En este país nuestro, tenemos tendencia a cubrirlo todo con  la espesa niebla de la ignorancia.